EXCUSAS...

Se vistió de prisa, casi sin mirarme

mientras yacía el amor adormilado;

el reloj deshojaba los instantes

dispersando sus pétalos por el cuarto

Con la mirada seguí sus movimientos

cada gesto en mi mente se grababa

preguntándome quien era aquel extraño

que hace un rato juraba que me amaba

El silencio era roto por su aliento

con su filo de navaja le cortaba.

Se me helaba en ese instante el sentimiento

convirtiéndolo de brasas en escarcha.

Le vi buscar con la suya mi mirada

y asomarse en sus labios un te quiero

deslizando una caricia por mi espalda

el volvía de mi piel a ser el dueño.

Allí quedé abrazándome a la almohada

escuchando sus pasos alejarse

 la soledad se metía entre las sábanas

clavando sus dentelladas en mi carne.

Y volví a beber de aquella fuente

donde la ilusión los sentidos embriagaba

repitiéndome que no importa ser su amante

si al final siempre seré la mas amada.