Lava las heridas de mi costado
y limpia con tu ternura los desgarros
me los han hecho los oxidados clavos
del mas profundo desengaño.
Quita de mi frente las espinas
alivia el escozor que me provocan,
clavándome en la carne su malicia
me matan a la vez que me coronan.
Y da el perdón a todos sus pecados
borrando la intención del mal que hizo.
Así no habrán huellas del pasado
ni recuerdos esparcidos por el piso.
Lava las heridas y bríndame tu luz
que se me oscurece el alma y la vida
bajando a tus brazos dejaré esta cruz
que por tanto tiempo me tuvo suspendida.
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