No me llores ni sigas mis huellas
que ya no soy aquella que era
De mi solo queda la piel
mas en ella no existe el ayer
Mi árbol se encuentra desnudo
sus hojas el otoño arrancó
cubriendo de tules oscuros
aquello que vivimos los dos.
Ya ves que al igual que el agua
se escurre entre los dedos el amor.
Candente cómo metal en la fragua
se va fundiendo también el dolor.
Por eso mejor no me busques
y olvida de una vez nuestra historia
deja al viento que arrastre las nubes
de este cielo que de olvidos llora.
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