Va cantando junto al agua de su río
y me invita a navegar por sus caudales
me desprende del abrazo del olvido
mientras llega a fundirse con mis mares
Y aquieta esta sed de marejadas
acunando mi temor en su palabra,
el reflejo de la luna en su mirada
deja estelas que se impregnan en mi alma.
Desde él, sobre su espalda escribo versos
que se elevan como hojas por el viento.
Van de prisa con apuros veraniegos
al destino donde el sol cuida los sueños.
En su cuerpo quieren mis soles abrirse
en destellos que provoquen su alegría
y así ebrios de querernos borraremos
cada línea que separe nuestras vidas.
2 comentarios:
Que hermoso poema, alegra el alma leerlo.
Bss de colores.
La alegría la traes tú con tu aire fresco y de colores. Gracias por llenar mi espacio con tu visita.
Un abrazo cálido
Cecy
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