Llegaba con pasos pequeños
y el corazón tan henchido.
En el bolsillo llevaba los sueños
apurando el tiempo en suspiros
Nunca querer dolió tanto
ni fue tan buena
medicina
cómo en ese tiempo de llanto
con el que llegaba a tu orilla
Llegaba con la esperanza latente
a la hora preconcebida
en el cuerpo un aviso de urgente
desde ti comenzaba la vida…
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