Ven a desandar conmigo
los caminos que han dolido
juntas cambiaremos por nardos
uno a uno los espinos.
Haremos como los pájaros
que van construyendo nidos
dejando atrás aquellas ramas
donde quedan los vacíos.
Y poblaremos de risas nuevas
los recodos del olvido
para que ya no duelan
las ausencias y sus motivos.
Ven que cruzaremos el puente
hasta llegar a la otra orilla
para comenzar nuevamente
a sentir como dos niñas.
Atrás quedarán asperezas
y los traspiés del destino
las lágrimas y las malezas
que en nuestro jardín han crecido.
Ven a desandar conmigo...
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