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lunes, 12 de mayo de 2014

LA VIDA...




Yo siempre amé los silencios
los nidos de las cornisas
los espacios abiertos.
Busqué la sabiduría del árbol
hurgué en los bolsillos del tiempo
y de un gorrión pequeño
aprendí técnicas de vuelo.

De la piedra la trascendencia
el rodar la vida y seguir entera.

Del mar que la furia pasa
y que las corrientes no son eternas.
Las golondrinas me hablaron de ausencia
y que cuando algo se va, también algo queda.
Que nada nos pertenece, igual que ellas
la vida es una eterna viajera...








2 comentarios:

António Eduardo Lico dijo...

Bella poesia.
Buena semana.
Abrazo.

luciernaga_poeta dijo...

Gracias Eduardo, mis saludos .

Cecy