No me quedan ya vocales
para romper tus silencios
las últimas las he gastado
en pequeños incendios.
Son tan frías las horas
sobre esta piel del invierno
que tuve que hacer astillas
los leños de tu recuerdo.
Cae la noche sobre mi sombra
anochecida ya desde antes.
Y exhalan fríos desde tu boca
nieves que llegan hasta mi carne.
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