Sube la correhuela
engarzándose a la reja
anudando con maestría
los tallos que le sujetan.
Viste colores vivos
azul , malva y jacinto
en sus campanas de flores
que crecen bajo el sol tibio.
Quiere tener un romance
con un colibrí que ha visto
libando del jazmín el néctar
desde el aire suspendido.
Sube la correhuela
con prisas de colegiala
abriendo con delicadeza
las flores más atrasadas.
Tiene en su alma de
flor
guardada una esperanza
un secreto que el viento
al soplar fuerte amenaza.
Sueña que del mismo cielo
por ella bajará un hada
a concederle el deseo
de por un día tener alas.
Entonces podrá compartir
veinticuatro horas el vuelo
con aquel colibrí
que tanto le quita el sueño.
Recorrerán el jardín entero
libando la miel de las flores
y ella lucirá al sol
plumajes multicolores.
Quizás darán volteretas
jugando por el aire
o se quedarán suspendidos
sujetados por los
ángeles.
Sube la correhuela
más frondosa que nunca
desde su corazón florido
el jardín se perfuma.
Sin proponérselo ella
atrae todas las miradas
El colibrí con que sueña
se ha acercado a libarla.
Siente que él la besa
con ternura inusitada
ella le ofrece su néctar
en forma desinteresada.
o toda la tarde entera
pero ella pudo volar
sin moverse de la reja.
La magia de aquel amor
le hizo alcanzar el cielo
aunque sus tallos estuviesen
atados con nudos fieros.
Sube la correhuela
por la escalera del sueño
en busca del colibrí
que de su corazón se hizo dueño.
2 comentarios:
Muy hermoso, profundo y transparente como las aguas cristalinas de un bello manantial y como la sutileza y belleza de su autora. Te felicito mi bella amiga.
Rafa, muchas gracias, Sabes es la historia de una correhuela que nació en mi jardín y que creció junto a un colibrí que libaba el jazmín que estaba cerca. El resto un poco de imaginación y romanticismo. Las flores deben tener sus sueños de amor, no crees? si no, ¿ para quién se visten tan bellas?...
Un abrazo hasta New York.
Cecy
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