Te debo el regalo de la risa
las lágrimas derramadas de alegría
el corazón acompañado de tus latidos
y el sabor de tus labios en los míos.
La ilusión que me riega cada día
las historias que me cuentas por las noches
y te debo también esta osadía
de sentir dentro del alma que eres mi hombre.
El dulce residuo de las certezas
que siembras en los surcos de mis dudas
la forma de ahuyentarme las tristezas
poblando todo mi ser de tu ternura.
Te debo mi amor a plazo fijo
y en cómodas cuotas reajustables.
La renovación de todos los permisos
para el resto de mi vida seguir amándote.
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