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domingo, 12 de junio de 2011

EL LADO OSCURO DEL AMOR...


La mujer pedía al vendedor
una lata de blanco invierno
le había faltado sólo un cuarto de galón
para terminar de pintar el cielo raso.
Un cuarto de galón...
(suficiente para dejarla en el infierno.)


Se apartaron del mesón al mismo tiempo
y juntos miraron las pinturas
ella lloraba sin ninguna explicación,
él consternado le ofrecía su consuelo.
Se sentó en los peldaños de una escala
de esas que se usan para alcanzar
las cajas que casi llegan al techo.
Pero ella, en el penúltimo peldaño
sentía que se hundía más abajo,
más allá, mucho más allá del suelo.

Se le pasó la vida en un instante
cómo una película rodada en cámara lenta
y se vió antes de comenzar
antes de creer en el milagro de las coincidencias.
Era ella? Al menos se le parecía,
!pero que diferente! … aquella imágen se reía.
Sintió que se le desprendía el miedo
junto a él se diluían sentimientos
y sin moverse ni un peldaño
se elevó hasta juntarse con el viento.

No dejaban de caer desde sus ojos
gotas gruesas, salinas y dolientes
más sintió que en ellas se aliviaban
grandes pesos que obstruían su presente.
Al pararse ya no era la misma
no sentía vergüenza de llorar
enfrentó digna la natural curiosidad
de los que la vieron desarmada
desdoblando promesas arrugadas
sentada en una escala de metal.




2 comentarios:

Dora Forletti dijo...

Lindísimo poema , mi querida Lucecita, fue hermoso leerte y sentir tu sentir en ese instante sentada en la erscalera de metal.
A veces crecemos en pocos instantes...
}AZUL

luciernaga_poeta dijo...

Azulita, fue una tarde de Enero, esos días en que la sensibilidad se nos sale por los poros y las emociones nos pueden. Me sentí liberada luego de mis lágrimas. Hay una dignidad muy bella en esas lágrimas que no se pueden contener.
Gracias por tu compañía y por ese cariño perenne.
Es recíproco
Besos

Cecy