Bien afirmadas a las ramas
sabiendo que no es su momento
carentes ya de la savia
balancean su baile al viento
El sol se les ha adherido
pintándoles su tibieza
de bronce y de amarillo
contrastando con la corteza
Alrededor todas ya han caído
alfombrando cobrizos sus suelos
sólo las hojas del quejigo
siguen cerquita del cielo
El árbol las luce orgulloso
cómo amarillas banderas
algunos dicen que de perezoso
no las suelta hasta primavera
Nadie sabe a ciencia cierta
porqué no se desnuda en otoño
y deja sus ramas cubiertas
de hojas soñando retoños
Admirador de la encina
por su nutrido follaje
le agrada cómo vecina
y juntos compartir la tarde.
Le vi cuajando sus frutos
ya entrada la primavera
las flores en un arrullo
vestíanse de vida nueva.
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