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lunes, 12 de diciembre de 2011

EN SILENCIO...




Estabas del mismo
lado del camino.
Ibas con pasos tristes
y acongojados.
Me acerqué a ti
porque sentía frío,
busqué encontrar
el calor a tu lado.
Pasaron muchas horas
sin hablarnos,
la mirada
cómo los sueños
caída.
Llegó la oscuridad
a buscarnos,
nos encontró
con las manos
unidas.
No recuerdo quién
fue el responsable,
de esa unión
que enlazó
nuestros fríos.
El hielo
se evaporó
junto al aire,
y despertamos agua
de un mismo río.
Ahora
al caminar juntos
ninguno calla.
Serpentean
cascabeleando
ecos de risas.
Desde el pecho
cuelgan ternuras
como medallas,
vamos tranquilos
pues la alegría
no tiene prisas.









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