Dejé de usar los espejos
pues la realidad distorsionaban
Volví mi mirada hacia dentro
hasta mirar frente a frente mi alma
Y comencé a quererme de a poco
a familiarizarme con esa extraña
Esa inquilina que a sorbos
bebía mi tiempo y mi savia
Me sorprendí enfrentando miedos
ausencias que mortificaban
las mismas que por tanto tiempo
llevé tan bien maquilladas
Rodaron por mis mejillas
lágrimas que estaban guardadas
revoloteando como polillas
por la luz de la verdad cegadas
Sentí la gubia en mi carne
tallándome hasta la médula
modelando todos mis rincones
hasta volverme una mujer nueva
Dejé de usar los espejos
donde antes me buscaba
encontrando solo reflejos
encontrando solo reflejos
que de mi no mostraban nada.