Hueles a amor,
a amor en racimos.
A azahares novicios
de un naranjo florido
Hueles a un manojo
de hierbas perfumadas
cuando se cierran tus ojos
bajo la noche estrellada
Hueles a inocencia
a risa recién horneada
fuente cristalina y dulce
brotando de ti en cascadas
Hueles a las añoranzas
de mis semillas sembradas
en campos donde la esperanza
perfuma el aire de lavandas
Hueles a gotas de rocío
mientras despiertan la aurora
ahuyentando de las flores el frío
parecieran que juntas lloran
Así eres mi niña
cuando dormida suspiras
dejando a nuestra vida adherida
la fragancia de tus días.