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lunes, 29 de julio de 2013

BENGALAS...


Ah, tus bengalas
cómo encendían mi alma
y en mis ojos de fogatas
tu escarcha se deshelaba 

Perdía la noción del tiempo
mi carta de navegación
y sus coordenadas.
Perdía hasta mi aliento
en el  naufragio de tu cuerpo
entre el oleaje de nuestras sábanas.


Cuánta sal derramada en lágrimas
cuánta luz de luna eclipsada
mientras nos tatuábamos promesas
sobre la piel ya gastada.
Ah,tu bengalas
si pudiera volver a encontrarlas...












miércoles, 24 de julio de 2013

MÍA...


A ver si puedes
a ver si logras
cuando yo ya no esté
dejar de buscar mi sombra.
A ver si sacas
desde tu sangre
los recuerdos que te queman
las caricias que aún arden.
Y desde tu piel arrancas
el aroma que deja la mía
cuando es hiedra nocturna 
a la tuya adherida 
a ver si olvidas...

A ver si puedes
tómate tiempo
para sacar mi raíz
desde tu centro.
Quizás se sequen en ti
todas mis flores
pero jamás me eclipsarán
otros amores.
A ver si suples
el agua viva
de los besos que te di
águila herida...


A ver si puedes
a ver si logras
encontrar quien te ame
hoja por hoja.
Y en tus otoños
expuesto al frío
sin un remiendo
te llamen mío.
Cómo lo hice 
cómo lo hacía
ésta que siempre 
te permitió
llamarla... !mía!.

A ver si puedes...




sábado, 20 de julio de 2013

TÚ,DESDE SIEMPRE...



Tú me habitas desde siempre
lo se porque cuando te alejas , duele.
Se llena de ecos mi cuerpo
que van quebrando el silencio.
Y es tu imagen la que se impregna
en mis versos.

Tú me llenas los cántaros del sueño
derramando paisajes, alas, vuelos.
Diluyes distancias y miedos
con sólo la cercanía de tu aliento
víspera de la fiesta de los besos.

Y volvemos al comienzo del tiempo
a la razón perdida y sus misterios.
Al polvo antes de ser piedra
a la llama de fósforo que quema
al amor inevitable que nos puebla...

Tú ... 


sábado, 13 de julio de 2013

MÁS LEJOS...



Sigue, sigue, con tus guías
estrangulando mis tallos
sigue hasta detener la savia
hasta hacer tuyo mi aliento.

Llega más, más lejos...

Alcanza el punto ciego del deseo
quizás ahí sepas lo que siento
cuando me impregno en cada fibra
 en cada nota de tus silencios...

viernes, 12 de julio de 2013

OCÉANOS...


Ya ves se nos acabó el tiempo
se enfrió el café y los sentimiemtos
los sueños también rendidos
huyen al calor de otro nido

Tus silencios y sus trajes XL
donde naufragaron mis intentos
buscando el calce perfecto
la piel del dolor se hizo verso.

Al fin terminé acostumbrándome
a entender tu lenguaje de señas
y a los arrecifes de coral
en el océano de tus letras.

Y de tanto de nada que obtuve
las manos se me llenaban
lo mismo que alcanzar a las nubes
e intentar abrazarlas...







lunes, 8 de julio de 2013

TODO DE TI...



Me gusta dormir contigo, me gusta
sintiendo que tu calor me arrulla
Cómo caracol subir por tus nervaduras
hasta alcanzar el cielo en tus alturas

Me gusta sentirme pequeña allí en tus brazos
donde la vida comienza paso por paso.
Olvidarme que el mundo existe afuera
 dejando mis leños arder junto a  tu hoguera

Me gusta que vengas a mi, abeja en celo
y libes desde mi cáliz  tantos anhelos.
Que se abran para tu sed todos mis pétalos
dejándonos entrelazados cuerpo con cuerpo

Me gusta compartir nido con tu ternura
llenándome de tus caricias pluma por pluma
Que sea el alba testigo al quebrar la noche
de todo el amor que nos damos hasta el derroche

Me gusta todo de ti palomo en vuelo
alquimista que ha transformado todos mis sueños
Mis manos ya te recorren de pensamiento
y anhelan pasearse libres sobre tu cuerpo.

Me gusta esta nostalgia que muerde y quema
calcinando las horas que faltan, eterna espera.
Pronto estaremos juntos, tú mar, yo arena
lavando en un abrazo todas las penas.







DOS AGUAS...





Recuerdo que caí rendida
con el canto de tus aguas
su música me atraía
en susurros de sol y plata

Busqué formas de llegar
con las mías a hermarlas
siguiendo por tus corrientes
repiqueteando tus campanas

Bañé fundida en tu mundo
las piedras de la ladera
y fuí hasta lo más profundo
vestida de tú bandera

Olvidé mi origen y rumbo
acomodada en tu espuma
e hice del tuyo mi mundo
siendo tinta en tu pluma

El tiempo nos pasó encima
sepultando todo el pasado
pero el agua jamás olvida
su cauce originario.

Quise volver a ser
lo que era antes de ti
recuperar mi camino
y mi forma de sentir

Más era demasiado tarde
ya era una contigo
fluía en tu misma sangre
y latía con tus latidos.



domingo, 7 de julio de 2013

EL CEREZO AZUL (Cuento)


En una ciudad muy gris, existo yo, un gran cerezo encerrado en un complejo de edificios, es lo que llaman un patio interior. En una ciudad donde pocas cosas escapan a la obsesión del hombre por el orden, no es un espacio cualquiera, es una gran dimensión salvaje.
Cada cocina de estos departamentos posee una ventana grande, donde se pueden ver todas las otras ventanas que suben hasta el cielo. Son radiografías de esas vidas que habitan en mi mundo, en ellas percibes sus contornos, sus voces, sus gritos y enojos. En esta gran manzana nadie se habla. Sólo a los gatos les gustaba cuchichear, ellos viven en los departamentos del primer piso, ya que sus dueños tienen la ventaja de poder crear algunas ingeniosas escaleras para sus animales. Aquellos del segundo piso, sólo pueden imaginar tener un gato o tener una escalera.
Al centro del patio estoy yo, como dije, grande e inalcanzable. Mi deseo de luz me ha obsesionado hasta elevar mis ramas por muchos pisos, pero aún hoy, tengo que esperar una decena de años más para quedar liberado de la sombra de las edificaciones. Soy por estas circunstancias un ser solitario.
La soledad y la falta de luz han forjado mi carácter, sólo los gatos me hablan y me tildan de huraño. En algunas ocasiones me molesta tanto su necesidad de frotarse en mi corteza y de posarse en mis brazos, que cuando se suben hasta lo más alto que pueden llegar, les impido la bajada y allí llaman con sus maullidos a sus amos, que solícitos vienen a buscarlos.
Pero nada pueden hacer contra mi altura, sólo llamar a los bomberos para que vengan con sus escaleras a buscar al minino. Yo me divierto, quizás es algo más, son en esos momentos que los humanos saben de mi, me perciben, se dan cuenta que estoy allí.
Hubo una vez una muchacha de un departamento que daba al oeste, su ventana no tenía cortinas lo que me permitía verla nítidamente. El día que llegó, abrió de par en par esas ventanas y me saludo cortésmente, invitándome a celebrar su llegada. Le pude responder friccionando mis ramas para hacer un zumbido con mis hojas. El movimiento hizo que gran parte se cayera quedando casi desnudo frente a ella. Decidí mostrarme esquivo a su presencia, tenía miedo que se fuera y tener que acostumbrarme a estar sin ella.
En el tercer piso del edificio que daba al sureste, se posaba en el marco de la ventana mirándome, la esposa de uno de esos refugiados de guerra, eran de Sierra Leona. Parecía que se hubiesen traído consigo todas las miserias de su tierra. El hombre bebía alcohol, pero ella también le hacía a ese vicio. Sí así se llamaba ello, ¿vicio?, quizás eso denote mi nivel de ignorancia, al fin y al cabo sólo veo sus siluetas y oigo sus gritos, los portazos y puedo leer en ello sus amarguras. Pero esas personas tenían motivos, todavía vivían en la oscuridad, el cambio de país había sido físico, no mental. Lo mismo les pasó a los italianos que vinieron después de la segunda guerra mundial, a los portugueses y españoles, incluso a los palestinos y a los rumanos. A todos ellos sin excepción les pasó que sus primeras generaciones vivíeron con daño, tomó mucho tiempo de reparación para lograr que encontrasen su camino. Y hoy es el turno de los africanos y de aquellos países del este, de todo ser que vive violencia. Yo sé esto y mucho más, he estado aquí muchos años observando, escuchando y en muchas ocasiones sintiendo.
La muchacha que vive sola, la he llamado Lucía, no sé su nombre pero ella me habla, se sienta en la ventana y apaga la luz, no quiere que la vean desde otros pisos. Sólo quiere compartir conmigo. ¿No sabes que soy huraño?, le pregunté tantas veces. Ella dejaba un silencio cómo respuesta y así me convertí en su amigo.
Quizás no debí encariñarme con ella, pero muchas cosas nos unían. Ese verano no se dejó intimidar por mi altura y decidida a probar mis cerezas, tomó todas las sillas y mesas e improvisó una escalera. Que graciosa se veía buscando una rama, en algún momento temí por su vida. Cuando le acerqué mi cuerpo, ella recogió algunos frutos y se los echó a la boca, no tardó mucho tiempo en hacer una mueca de acidez. Me sentí muy avergonzado, al día siguiente decidí botar todas mis cerezas, quedé en hojas.
Yo sé lo que ella piensa, esa es una cualidad de los seres solitarios que observamos nuestro entorno. Sabemos leer las emociones. Sé que cuando boté mis hojas la primera vez, ella pensó que llegó el invierno. ¿Como explicarle que no soy un cerezo normal?. Hasta ese entonces mi única compañía eran los gatos y algunos gorriones que venían a comer mis frutos. De estos últimos, nunca me fíé son seres complacientes que a todo dicen que sí. Nada me podían decir de las estaciones o de lo pasaba afuera de esas paredes. Por lo tanto no entiendo nada de veranos o de inviernos.
Ya han pasado algunos años y mis cerezas se han hecho más dulces, me encanta cuando ella viene a buscar mis frutos y se queda recostada en la poltrona bajo mi sombra. Allí siento como el universo ha sido generoso. Ella admira mis cerezas y me dice cuan oscuras son, de un azul noche, como nuestras noches de consuelo y de compañía.
El día que Lucía se fue mis pétalos volaron con ella. Era de madrugada ella se acerca sin miedo a que la vean conversando conmigo, se recuesta a mis pies y me dice, “Regreso a mi país, quiero ser como tú. Quiero estar en conexión con mi fuente primaria. Me voy pero me llevo tantas cosas de ti gracias por estar conmigo todos estos años”. De amor, mis pétalos cayeron en cascada, ella esbozo una sonrisa, que hermosa magia me regalas. Y se quedó allí al refugio de mil pequeñas hojuelas de seda que la cubrían.
Aprender es una necesidad vital, es la fórmula para avanzar, para ser mejores. Yo observaba y no aprendía, yo no daba nada de mi, era amargo y no conocía mi fuente primaria. Este es el regalo que me dejó ella.
La mujer del tercer piso ha cambiado, esta más risueña, noto que con su marido no discuten más, ya no hay cabida para el alcohol. Parece que se han acostumbrado a vivir en esta ciudad gris, hablan de proyectos de ayudar a su familia. Ella se posa en la ventana mirándome, esta esperando un bebe. Se lo que piensa, me mira y se siente en paz. Muevo mis hojas para invitarla a bajar al patio, para que se siente en la poltrona y ensueñe a su hijo. Ven le digo, ven y comparte conmigo. Mis hojas vuelven a caer, es invierno, piensa ella.

sábado, 6 de julio de 2013

AMÉN...



Tengo ansias de tus colores 
cómo el viento que lame la tarde
y le rompe sigiloso los tules
despojándole de los vendajes.

Así, sobre mi palidez desnuda
quiero que te derrames en mi
y clareando mis zonas oscuras
me vuelvas de  tu árbol raíz.

Ser tilde y curvatura en tus letras
el punto álgido de algún poema.
El brebaje de paroxismos
que la razón te envenena.

Mujer de tus manos construida
moldeada de luna y arcilla
cosida a tu misma estrella 
 desde tus aguas redimida.

Tuya, volver siempre a nacer
por los siglos de los siglos...
...amén.















martes, 2 de julio de 2013

MIS OJOS...




Sobre tu piel, junto a  tus pasos
llevas mis ojos en ti clavados.
Besan tu sombra, celan tus días
van tras tu huella, águila herida.

Y cuando crees que más te alejas
es cuando más cerca les llevas.
Bajo tus párpados junto a los tuyos
verde y marrón forman un mundo.

Guardan sus aguas tantos momentos
en sus esferas de mar y viento.
Tantas imágenes van sujetadas
al aleteo de sus pestañas.

Quiebran distancias cómo una piedra
cuando en tu imagen ellos se estrellan.
En mil pedazos rompen el hielo
sembrando olvidos por todo el suelo.

Y van blanqueando todas las faltas
la cal y ternura de su mirada
con el espejo de lluvias calladas
con el reflejo de tantas lágrimas...