Deje de agitar otras aguas
con corrientes que son mías.
No ve que le llevo en mis venas
con más verdad que a la vida
Y si se niega a aceptarlo
es porque de usted desconfía
pues yo no le he dado motivos
ni razones , usted lo olvida.
Siempre mis rieles han tenido
cómo su fin y destino
cómo su fin y destino
llegar a la estación de sus brazos
y en ellos construir nido.
Y ahora resulta que usted
anda incierto cómo una ráfaga
y está su ancla tan ingrávida
que a la deriva lleva mis alas.
Déjese de agitar otros aires
véngase a mi puerto y mi cielo
y verá que en ninguna otra parte
amarán tanto su mar y su vuelo...
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