Dónde estás amado
cuando entornas los ojos
dejando tu cuerpo deshabitado
desprovisto de todo arrojo.
La tarde parece caer
sobre tu rostro cansado
y en los labios se desdibujan
los besos que no me has dado.
Dónde te pierdes entonces
emulando el ocaso
igual que el sol en su roce
sobre el agua y mas abajo.
Desde la puerta te miro
tan cerca y tan distante
y en mis manos yacen dormidos
aquellos deseos de antes.
Será que los años merman
la complicidad y el asombro
y allí donde ardía el fuego
ya solo quedan escombros.
Son tantas las interrogantes
que mortifican mis días
más al querer preguntarte
me calla la cobardía.
Mejor sacudir todo el polvo
o regresar a la cocina
al fin así estamos cómodos
...sigamos con la rutina.