Y le insisto que me escriba
que despierte ya a su pluma
lleva días suspendida
bajo una espesa bruma
Le suplico que me estríe
con sus trazos la textura
y penetre hasta los límites
del dolor con su escritura.
Sin pedirle nada a cambio
yo me ofrezco todo a él
para así poder saciarlo
aplacando toda sed.
Más parece no advertirme
y allí sigo imaculado
los espacios se deprimen
en silencios anegados.
En su mismo mal me pierdo
más le sigo siendo fiel.
Finalmente con él duermo
y en letargo soy papel.
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