CUANDO TE ACOSTUMBRAS AL FRÍO...

Hasta que mi sombra

se acostumbró al frío

y dejó de andar

buscando cobijo.

Al alma le cubrió el musgo

del tibio libre albedrío

entonces todo el firmamento

se le convirtió en nido.

Toda certeza en suspiro

todo sueño en río

fluyendo a galope de agua

en torrentes cristalinos.

Atrás como viejas huellas

tendidas sobre el camino

quedaron tantas sentencias

desnudas de plusvalía.

Tantas horas de anhelos

tantos besos sin puerto

y aquella ancla oxidada

de sal, de olvidos y viento

aún dibujando espejismos

sobre las costuras del tiempo

donde se acomodó aquella tarde

junto a tu costado izquierdo...

Hasta que mi sombra

se acostumbró al frío...

EL PODER DEL AMOR...

Soy tuya

como del pájaro es el vuelo.

Tu pueblas 

de punta a punta 

mis hemisferios. 

Desde ti nacen 

como racimos mis alegrías

y van tiñendo de tus colores 

mi geografía.

Mis aguas reconocen

tu orilla

igual que tus manos

mis formas.

Mi boca dibuja 

tu nombre 

con trazos de silencio 

y como a un astro 

le deja encendido 

incandescente en mi pecho.

Mi sol. mi estrella fugaz

mi luna de enero

 por ti me vuelvo noche

y si me lo pides amanezco

derramada de claridades

pintando auroras sobre tu cielo...

MAGENTA EN LLAMAS...

Si pudiese lloverme de ti
y renacer en tu humedad

vestirte de alegrías y soñar.

Asomarme a las ventanas
de tus pupilas castañas

o trepar hasta las comisuras 

de tus nostalgias.

 Maquillar los labios de la ausencia 

en la gama de  esperanzas
y sonrojar las mejillas de la tarde
magenta en llamas.

Si puiese abrir tus brazos
y hacer con ellos mi cruz
redimir todos mis pecados
en el hueco del olvido.
 Sincronizar mi reloj al vuelo
de los pájaros del grito
y que los minuteros del eco repitan
que ya eres mío...

TU NOMBRE...

Aquí, entre corazón y garganta

tu nombre se me vuelve de agua

sube y sube buscando alturas
hasta derramarse en lágrimas.
Lluvia que me  empapa la vida
de tantas palabras calladas
atrapadas junto a tu nombre
en las mordazas del alma...