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viernes, 27 de marzo de 2015

CUANDO TE ACOSTUMBRAS AL FRÍO...




Hasta que mi sombra
se acostumbró al frío
y dejó de andar
buscando cobijo.
Al alma le cubrió el musgo
del tibio libre albedrío
entonces todo el firmamento
se le convirtió en nido.
Toda certeza en suspiro
todo sueño en río
fluyendo a galope de agua
en torrentes cristalinos.

Atrás como viejas huellas
tendidas sobre el camino
quedaron tantas sentencias
desnudas de plusvalía.
Tantas horas de anhelos
tantos besos sin puerto
y aquella ancla oxidada
de sal, de olvidos y viento
aún dibujando espejismos
sobre las costuras del tiempo
donde se acomodó aquella tarde
junto a tu costado izquierdo...

Hasta que mi sombra
se acostumbró al frío...

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