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Deshago todos los nudos
y te dejo partir
ya no son necesarios motivos
al fin del fin solo hay un camino
el telòn de la obra ha caído
no hay aplausos para tan buen final.
Tu a tu cruz yo a mis pecados
el destino siempre estuvo marcado
pero ciegos como las palomas
jamás lo quisimos seguir.
De recuerdo quisiera tus clavos
pues mi carne también desgarraron
cada vez que te herían a ti.
Que nos perdone Dios y la vida
si confundimos las señales.
No eras tu el ángel que salva
no era yo tu estación final.
Nosotros fuimos el error de la clave
de la puerta que lleva
hacia la felicidad...
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