Jamás habrá ojos
que te miren
como yo te he mirado.
Ni labios que te besen
como los míos te han besado.
Ni manos que temblando
se acerquen a ti
con la ternura inmenza
con que me he acercado.
Ni amor más profundo
ni pasión tan intensa
encontrarás de nuevo
en la dura jornada.
Y cuando me haya ido
y camines doliente
pronunciando mi nombre
ante cada mujer.
Como yo te he llamado
me llamarás ferviente
mas, ya nada podrá ser...
No hay comentarios:
Publicar un comentario