Nos acostumbramos a las cornisas
donde anidan los peligros,
corríamos tras de las risas
sin medir lo que perdíamos
Olvidamos el principal motivo
y el amor pasó a actor secundario.
Se nos marchitó la razón del suspiro
en jardines florecidos de agravios
Desde el suelo, herido de muerte
el sentimiento se aferraba a la vida
Acongojado como un penitente
al conflicto le buscaba salida
Regresamos mil veces las aguas
al cause original de su fuente
y al igual que un metal en la fragua
se volvían a fundir nuestras suertes.
Pero en el pulido continuo del roce
se pusieron filosos los bordes
arrancando sus mordidas feroces
del corazón los sentimientos mas nobles
Transitamos interminables laberintos
buscando la salida correcta;
un milagro , un chispazo o el instinto,
una luz que llevase a esa puerta.
El cansancio venció nuestras ganas
y nos dimos al fin por vencidos
En el pecho guardadas las lágrimas
de un amor condenado al olvido.
