Otro viernes deshojándose
despilfarro de horas desvencijadas
sin dolor, sin un quejido
me resigno...he perdido la jugada.
También perdí mi poesía
o quizás me abandonó ella
al fin del fin a quién le importa
nadie lleva registro de las pérdidas.
Una a una se adhieren a tu sombra
como costras invisibles de tu alma
a bajo relieve esculpidas con maestría
desangran heridas hasta que mueres...
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