Tu vas y vienes
como el viento
desordenas, dispersas
mis certezas
hasta hacerlas polvo
de tus fronteras.
Yo, me hago niebla
taciturna
siempre a la espera
del perdón de mis pecados
Y es en el hueco ancho
de esta herida que lacera
donde me rindo y hago sal
cada eslabón que a este amor
le lleva encadenado
a tu orilla, a tus pasos,
a tu costado...
2 comentarios:
Luciérnaga, el amor mucha de las veces no viene acorde a lo que en realidad sentimos...voluble es él.
Un placer leerte.
Así es amiga mía, gracias por pasar y dejar tu huella.
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