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jueves, 5 de diciembre de 2013

MIO...



Yo te sentía mío
ilusa y enamorada
pero tú, hombre mar 
muchas orillas bañabas.
Y creí mis pies únicos
únicas mis dos alas
para tus ojos de océano
para la piel de tu alma.

Estalló mi corazón
en partículas de sal y algas
el día que entendí que era
 una corriente más en tus aguas.
De ti solo me pertenecía
la promesa de espuma alba
el ancla  que a tu costado
acomodó aquel día mi barca.

Yo te sentía mío
pero estaba equivocada.
Mío era el golpe de las olas
mía la sal de las lágrimas.
Y esta soledad de bruma
que humedece la madrugada.
Y el fantasma de tu silueta
por las noches aquí en la cama.





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