Dejó de ser la fuente
donde mi sed se aplacaba
El espejo de sus aguas
hoy ya no refleja nada
Dejó de albergar asombros
cautivando mi mirada
la luz que emanaba destellos
para mi se encuentra apagada
Dejó de ser el elixir
embriagador de mi alma
ese que con sólo un sorbo
hasta el cielo me elevaba
Dejó de ser tantas cosas
metal fundido en mi fragua
piedra que se desprende y muere
en la cantera de las palabras.
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