
Desde que te quiero
parecen faltarle
horas al día.
Antes, todo
era una talla
más grande
que la mía.
Los zapatos
que calzaban
las esperanzas,
las alegrías
que no alcanzaba
ni empinándome.
Hasta el alma
sentía que nadaba
en un lugar
que no correspondía.
Ahora que pueblas
mis días,
parece amor
que has transformado
todo a mi medida.
Y me faltan horas,
esas que antes sobraban
para amarte
y bendecir la vida.
Porque creó
este puente
que ha unido
tu orilla a la mía.