Para desanudar esta ausencia
te diré que jamás has faltado
tu sueñas que vuelas muy lejos
yo tejo uno a uno tus tramos.
Nunca me faltan tus ojos
ni el silencio amohosó tus sonidos
aún sigue cascabeleando tu risa
en el aire que me rodea y respiro.
Yo bendigo la fuerza de tus alas
y los vientos de tus motivos
aunque soplen en dirección opuesta
a las aspas de mis molinos.
Créeme hijo lo que te digo
no hay dolor ni reproches conmigo
aún me expando y te cubro de abrazos
al igual que cuando eras un niño...
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