Ella buscaba la verdad
que ganas de dar vuelta la cara
decirle te equivocaste de esquina
no es mi puerta la que debes golpear
o simplemente endulzarla en mentiras.
No pude, aunque por dentro quería.
Y cada palabra llegó a su alma
como verdad convertida en espinas.
Ella pedía más mientras sangraba
y desde sus lágrimas se escapaba la vida.
Había tanta dignidad en su dolor
que hasta la luna se sintió conmovida
y le convirtió el corazón en metal
para atenuar el dolor que latía.
Ella...
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