No, no le conocía
le vi desde lejos
e hice sus tristezas mías.
Me colgué sus cadenas
revestí sus fisuras
y me dejé llevar
hasta su locura.
No le conocía
nunca supe quien era
ni de donde venía,
no pregunté su pasado
ni sus aciertos o fracasos,
el era sin dudas
lo que yo quería.
Le vestí de mis sueños
coloreando sus sombras,
las mías fui desangrando
hasta volverlas borrosas.
Abrí mis brazos y mi vida
como una flor sedienta
y bebí hasta embriagarme
el néctar de la amargura
!que dulzura hay en el dolor!
!que libertad en sus ataduras!
No le conocía
y sin embargo ...le quería.
Se disolvió como la sal en el agua
todo lo que yo creía
el encanto de la ignorancia
las notas dulces de la empatía
y allí quedamos desnudos
dos extraños con las manos vacías.
Los besos en punto suspensivo
las caricias en precipicios suicidas
y esa verdad que araña
yo, no le conocía.
2 comentarios:
Ufff es duro lo que dices, pero a veces uno piensa lo mismo eh?
Un abrazote amiga.
Ya lo se Comu, nos pasa a menudo a los soñadores, creemos ver lo que soñamos y solo son espejismos.
Pero lo que no mata hace crecer
jajaja llegaremos a tocar la luna sin ponernos en puntillas a este ritmo de crecimiento no?.
Un abrazo para ti :)
Cecy
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