El tiempo estría
a la piedra
Con su mordida
feroz le toca
¿Que dolor
guardará ella
en su silencio
de roca?
Llega la lluvia
a lavarle
con suavidad
sus heridas
La piedra
derrama lágrimas
pétreas
y agradecidas.
El tiempo
sigue avanzando
dejando en el olvido
heridas que fue
causando
sin siquiera
advertirlo.
Al metal
corroe el óxido
a la fruta
oxida el aire
el amor sucumbe
al tedio
al final no hay
quien se salve
Todo lo va
transformando
este escultor
implacable
dueño de nuestros
momentos
silencioso cómo
el aire.
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